Como todos los viernes por la
noche salimos a repartir café a las personas con situación de calle; con un
grupo de personas nos juntamos para compartir estas frías noches de invierno
con un café, un pancito y una mena conversación. Nos llama la atención que
cuando nos acercamos a compartir con ellos, una cantidad de compañeros que
están en nuestro grupo se alejan del sector tratando de evitar un tipo de
contacto. Nos da la impresión de que puede ser un tipo de discriminación por
cómo están vestidos o puede que sea porque les da miedo, no sabemos, pero al
ver esta situación nos llamó la atención averiguar sobre este tipo de
reacciones hacia ellos y a esto haremos referencia en este ensayo.
A continuación quisiéramos ver
esta perspectiva con detalles más exactos de cómo es la situación de indigencia
en nuestro país, y de cómo nos enfrentamos realmente a esta realidad que vemos
cada día. Intentando proponer un intercambio de perspectiva, una apertura de
conciencia a cosas que vemos, pero de las que no tomamos la iniciativa de tomar
parte en su eliminación. Cuantas veces y cuantas personas rechazan a los
indigentes ignorando las condiciones por las cuales han llegado ahí, y por las
que siguen ahí. Ignoramos todo un mundo dentro de nuestro propio mundo, es un
problema de aquellos que se encuentran en las calles o también es parte de
nuestro problema como país, ya que somos nosotros quienes conformamos la vida
de este. En nuestro país según la encuesta CASEN, aplicada entre noviembre y
diciembre de 2009 a 71.460 hogares del país, demostrando los principales
resultados de pobreza, nos encontramos con que la indigencia o extrema pobreza
se elevó desde un 3,2% (año 2006) hasta el 3,7% de total de la población, lo
que representa 634.328 personas. Si comparamos los resultados obtenidos del
CASEN del 2003 con los del 2006 este índice nos mostraba una considerable baja que
ha cambiado con los resultados entregados este año. El gobierno tenía
conocimiento de estas cifras, se esperaba la disminución de ellas con creces
pero la situación se complicó al ver que no se obtuvieron los resultados que se
esperaban. Para llegar a estos resultados
lo que se registra son los ingresos económicos que como mínimo deben cubrir la
obtención de una Canasta Básica de Alimentos. De no cumplir con estas
necesidades básicas son considerados en condición de indigentes. Pero a esto
deseamos hacer referencia, no solo a la falta de ingresos, sino lo que esto
conlleva, como una vivienda inadecuada, donde muchas veces ni siquiera existe,
la falta de sanidad y además por todo esto debemos incluir la marginación
social. Hay muchas personas que no han llegado a esta condición solo por falta
de trabajo o educación, también existen muchos que caen en las drogas, en el
alcohol y no solo hablamos de gente mayor, hablamos de personas de todas las
edades y ambos sexos. En Chile nos encontramos con lugares como el Hogar de
Cristo o el Ejército de Salvación, los cuales brindan una gran ayuda, sin
intentar decir la única, estas asociaciones reciben a estas personas en extrema
pobreza pero no basta para abolir esta situación, existe mucha gente que
necesita más que un plato de comida, algo de ropa y una cama, necesitan
condiciones permanentes. Pero por mas que se intente dar solución definitiva a
este vivir es muy difícil adoptar una medida eficiente y certera, ya que el
requerimiento de recursos es mayor de lo que entrega el gobierno y la población
para estos casos.
A pesar de que exista la
información y las formas de colaborar, aún se nos hace difícil percibir esta realidad
como algo propio o tangible, muchas veces solo pasamos junto a situaciones sin
percibir todo lo que hay detrás sin llegar a cuestionarnos que se está haciendo
para que la situación cambie o disminuya, sin darnos cuenta de la cantidad de
necesidad que existe en las calles. Hay mucha gente que necesita que se les considere y los pongan en algún lugar
para tener un mejor vivir pero lo único que le podemos entregar es un techo por
una noche un plato de comida pero la realidad seguirá siendo la misma hasta que
ya el cuerpo no de más. Se debería generar, una consciencia mayor algo que nos
haga comprender que son vidas al igual que las nuestras, que no han corrido con
la misma suerte y no por eso debemos dar vuelta el rostro, siempre una pequeña
ayuda se transforma en colaboración en un gran proyecto, existe gente ahí
afuera que no tiene oportunidades, que no tienen otra visión de vida más que
morir en la calle, ¿por qué no somos capaces de brindar una mano? Es
inconcebible que alguien, que no se encuentre en esa condición ignorara que
aquella existe, es inevitable encontrarse en todo lugar a uno o más personas en
condición de indigencia, donde existe un gobierno que no toma medidas
prudentes, ni se involucra con la reintegración de estas personas a nuestra sociedad,
por esto queremos aportar con un poco de conciencia y un planteamiento que nos
muestre algo más allá de nuestras miradas cotidianas. A pesar de no ser un tema
que les conmueva a todos, nos encontramos inmersos en una sociedad diversa
donde la participación de todos es lo que nos ayudará a combatir estos males,
haciéndonos partícipes de las soluciones que se puedan adoptar en nuestra
calidad de vida como país. Intentamos plantear bajo conocimientos, las
condiciones y las medidas abarcables para una mejor calidad de vida de estas
personas.
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